11 agosto 2010

Irán - ¿darán resultado las sanciones o habrá guerra?

Los que saben dicen que en el asunto Irán, y su carrera por conseguir armamento nuclear, están "todas las cartas sobre la mesa" - ¿Qué significa eso?

Que durante el próximo año puede ser que las sanciones hagan efecto y los Ayatolas se bajen del tigre, aceptando acuerdos nucleares con Occidente u otros países. O que haya una creciente oposición política al actual régimen iraní que produzca un cambio desde dentro. O que algunas naciones occidentales provoquen sabotajes que retrasen la carrera nuclear iraní. O que comiencen a desaparecer los ingenieros y científicos iraníes a cargo del programa. O que EEUU y otras fuerzas aliadas ataquen las plantas nucleares iraníes destruyéndolas. O que esto lo intente Israel.

Todas las cartas sobre la mesa. Así, al menos, describe la situación el periodista americano Jeffrey Goldberg de la revista The Atlantic, el que ha realizado quizás el trabajo periodístico más profundo sobre esta situación en los últimos años.
¿Qué ocurrirá en la realidad? Nadie lo sabe. ¿Cuál será ese 'punto de no retorno' que decidirá a los EEUU y poderes amigos a atacar a Irán? ¿Cuál es el límite que Israel ha definido como su propio punto de no retorno?

Yo no se cuáles serían las condiciones que decidirían a Obama y amigos a enviar sus bombarderos a aplanar los centros nucleares iraníes, pero sí se cuál es la línea roja israelí.
El 'punto de no retorno' israelí depende de la respuesta a una sola pregunta. Esa pregunta es: "¿Es el régimen iraní un peligro existencial real para Israel?".
En el momento mismo en que los líderes israelíes en Jerusalén se convenzan que el poderío nuclear iraní será usado en un ataque contra Israel, ese será el momento en que darán el okay a una solución militar al problema.

Simplemente porque no Israel como país, ni los judíos como pueblo, pueden permitirse el no hacer nada ante la posibilidad de un nuevo Holocausto.

Claro, un Irán atómico, con un régimen fascisto-religioso profundamente antisemita no es el único problema. El poderío nuclear iraní puede fácilmente llegar a manos de Hezbalah, de Hamas o de Al-Qaeda en forma de una pequeña bomba radioactiva, o de proyectiles radioactivos que caerían sobre ciudades israelíes disparados desde Gaza por Hamas, o desde el sur del Líbano por Hezbalah.

Ese peligro es cierto y ese escenario es absolutamente posible. Por eso Israel no puede permitirse un Irán atómico: 1) por el peligro de un ataque directo desde el país de los Ayatolas y 2) por el peligro de ataques atómicos indirectos, llevados a cabo por los ejércitos proxy de Irán en la región: Hamas y Hezbalah.

Más allá, la posibilidad de que armamento atómico menor llegue a manos de elementos terroristas en Medio Oriente o en Asia, es algo que inquieta a Europa occidental, a Rusia, y a la India. Tampoco los regímenes árabes se quedan tranquilos ante la idea de un Irán nuclear: la estabilidad política y social de Egipto, Arabia Saudita, los emiratos, Marruecos, Jordania y del Líbano es amenazada por grupos islámicos extremistas financiados y entrenados en Irán. Estos grupos desestabilizadores ganarían enorme fuerza con un 'papá' atómico.

Como pueden ver, el problema de un Irán nuclear es mucho más extenso y complejo de como lo pinta gran parte de la prensa y la media: como un simple enojo entre Irán e Israel. O como una mala-sangre de años entre EEUU e Irán.
No sólo Israel ve su existencia en peligro inmediato - los países auropeos ven incrementado el peligro de terrorismo nuclear en sus ciudades, lo mismo teme la India, que viene sufriendo ataques terroristas islámicos por años y lo mismo teme Rusia, que está viviendo una efervescencia islámica violenta e independentista en varias de sus provincias.

Se opina que Israel no tendría la capacidad militar de eliminar los casi 200 centros nucleares iraníes, repartidos en diferentes puntos geográficos y muchos de ellos varios metros bajo tierra y protegidos por mucho cemento.
Se opina también que Irán posee un sistema de radares y proyectiles anti-aviones que sería demasiado letal para los bombarderos israelíes.
Se opina que Israel debe volar sobre otros países para llegar hasta Irán, los que podrían alertar a los Ayatolas de un ataque inminente.

Todas esas consideraciones son verdad en mayor o menor medida, pero llegado el momento en que los líderes israelíes vean a Irán como un peligro cierto para el pueblo hebreo, no tendrán otra opción.

Ya lo hicieron en 1981, cuando en un ataque sorpresivo, Israel destruyó la planta atómica Osirak que construía Sadam Husein. Lo hicieron en el 2007, cuando en otro ataque sorpresivo, Israel destruyó la planta nuclear Al-Kibar que Siria construía en secreto.
Esta vez, con Irán, el problema es mucho más complejo y tendría ramificaciones militares y económicas practicamente en todo el mundo. Pero si los israelíes se hallan entre la espada y la pared no tendrán otra opción que intentar destruir el nuevo peligro que se cierne sobre su pueblo.

Los judíos no están dispuestos a pasar por otro Holocausto, al menos, sin pelearle duro al Hitler de turno.

(está de más decir que todos esperamos que las sanciones sí den resultado, que todo se solucione de manera civilizada y, también, que de paso el pueblo iraní pase a gozar de democracia y se vea libre del régimen teocrático, opresor y belicoso de ahora. ojalá, por ellos y por el resto del mundo)


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